mirada

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viernes, 18 de mayo de 2012

Parque Nacional Garamba

Elefante en el Parque Nacional Garamba, República del Congo


David Santiago, fotógrafo freelance que colabora habitualmente con manbos.com se encuentra estos días haciendo un trabajo en la República Democrática del Congo, concretamente para el Parque Nacional Garamba, uno de los parques nacionales más destacados de África, considerado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco e incluido en 1996 dentro de la Lista del Patrimonio de la Humanidad en Peligro. Este parque, uno de los espacios protegidos más antiguos de África, está dirigido por el biólogo español Luis Arranz, tiene una extensión de cerca de 12.500 km cuadrados y en su interior habitan grandes manadas de elefantes junto con cientos de especies de otros animales, algunos de ellos poco comunes, como la Jirafa del Congo y el Rinoceronte Blanco, en peligro de extinción.






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No es un sitio muy cómodo para trabajar, pues aparte de la extrema climatología, desde el año 2008 las guerrillas constituyen una amenaza a la paz y al desarrollo del parque. Esto unido a  los numerosos furtivos que acosan al elefante, el rinoceronte y la jirafa, ha sido necesario dotar al parque de grandes medidas de seguridad. Una dotación de casi doscientos soldados-guardas armados con kalashnikov velan a diario por la seguridad del parque y sus habitantes.

Para poder realizar su trabajo, David debe salir por los alrededores del parque siempre acompañado por un pelotón de soldados que, ante cualquier situación de peligro, ya sea humano (algo que de momento no ha ocurrido) o animal (los elefantes y los rinocerontes son muy agresivos, sobre todo si se les provoca) están preparados para afrontar la eventualidad.

También existen otros tipos de peligros, pero estos hay que buscarselos si uno no tiene suficiente ración de adrenalina durante las escapadas en busca de la foto perfecta de un elefante macho, por ejemplo.

La foto del elefante que acompaña a este artículo fue tomada desde dentro del agua de un río que resultaba bastante inaccesible. David tuvo primero que apartar algunas ramas que le estorbaban para llegar al sitio elegido:


y posteriormente, una vez establecida la localización exacta para plantar el trípode con su objetivo de 500mm, sin pensarselo dos veces, decidió meterse en el río a esperar que aparecieran los elefantes.

Y aparecieron. No se cuanto tiempo estuvo David dentro del río, disparando a los elefantes con el agua casi por el cuello, sintiendo unas extrañas "picaduras" por todo el cuerpo y aguantando el tipo. El caso es que cuando finalmente salió del río, algunas partes de su cuerpo presentaban este aspecto:



No quiero ni pensar que tipo de bicho acuático se coló por debajo de su camiseta y estuvo, aparentemente, tratando de devorarle poco a poco.

Tengo mucha curiosidad por ver si las fotos que tomó durante aquellos largos momentos han salido movidas.

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